Con la rehabilitación y las ayudas ópticas necesarias, la persona con baja visión puede disfrutar de actividades de ocio que necesitan una visión precisa.
Ver la televisión, coser o leer son actividades complejas para quien padece la baja visión. La reducción notable de la visión llega a condicionar el buen desempeño de tareas o aficiones que antes hacíamos sin dificultades.