La primavera y el verano son los momentos del año en los que más personas experimentan alergia al polen. Conoce cómo reducir los síntomas oculares con estos consejos.
La rinitis alérgica estacional, más conocida como alergia al polen, afecta a las personas de distinta forma; desde quienes no sufren el alto nivel de polen en el ambiente hasta los que padecen de forma severa gran parte de sus síntomas. Estos engloban el estornudo, la tos, el bloqueo nasal, los dolores de cabeza, picor en las vías respiratorias y, en el caso concreto de los ojos, se manifiesta con inflamación, irritación y rojeces.
Si te encuentras entre los que no saben qué es la primavera y parte del verano sin la alergia, estos consejos te ayudarán a prevenir y reducir el malestar en los ojos. ¡Aplícalos a diario!
1. Comprueba los niveles de polen cada día. Anticiparte a los altos niveles es una gran pauta para evitar esa sensación incómoda en los ojos.
2. Usa gafas de sol. Además de proteger nuestros ojos del sol, algo que siempre debemos hacer, minimizan la exposición al polen.
3. Utiliza lubricantes o gotas humectantes. Para evitar la sensación de irritación en los ojos no olvides hidratarlos con frecuencia. Lleva contigo monodosis de suero fisiológico o soluciones específicas de lubricación. Si no sabes cuál utilizar, no dudes en pedir consejo a tu óptico-optometrista.
4. Emplea filtros antipolen en casa y en el coche. Se instalan en el aire acondicionado y regulan la entrada de polen en tu casa. Así podrás controlar la calidad del aire que entra en tu hogar. Para ventilar tu casa las mejores horas son las primeras del día y las últimas (hay menor concentración de polen en el aire).
5. Rutina de higiene meticulosa. Evita colgar la ropa en el exterior durante la época de mayor apogeo del polen y cámbiate de ropa al llegar a casa. Te sentirás mejor si eliminas todos los restos de polen de tu ropa o cuerpo antes de ir a dormir cada noche.