La pérdida de visión y de calidad de vida pueden hacer que la persona sufra depresión. Los familiares pueden cambiar esta situación y mejorar su bienestar de la persona con baja visión.
La pérdida de visión, repentina o progresiva, supone un cambio en la calidad de vida de la persona. Los pacientes con baja visión se enfrentan a un proceso emocional fuerte y sujeto a cambios. De hecho, en muchos de ellos aparece la depresión.
En este sentido, los familiares y el entorno pueden lograr que la persona aumente su bienestar de varias formas:
— Hablando directamente con la persona. La comunicación se vuelve imprescindible para que el familiar se sienta comprendido y escuchado. Debemos hacerle sentir que somos un apoyo y que puede hablar abiertamente con nosotros de su problema.
— Empatizando con su situación. A la hora de conversar, un paso clave pasa por informarse de su enfermedad, las dificultades que implica y cómo afecta a su vida. Además de toda la información que hay en internet, también conviene consultar con un especialista en baja visión, que nos dará información mucho más personalizada.
— Buscando ayuda profesional. Hay distintos profesionales que pueden hacer más llevadera su situación, desde psicólogos hasta ópticos-optometristas o técnicos en rehabilitación visual. Cada uno desde su parcela puede contribuir a que el paciente con baja visión tenga mayor bienestar. Por ejemplo, un especialista en baja visión le aconsejará en el uso de ayudas ópticas y le dará una serie de recomendaciones sobre la luz y el contraste en casa.
En Federópticos Fuentes Najas somos especialistas en baja visión. A través de la rehabilitación visual y la prescripción de ayudas ópticas conseguimos un mejor rendimiento del resto visual del paciente. Desde nuestro gabinete óptico en Sevilla ya hemos conseguido que pacientes con glaucoma, DMAE, retinopatía diabética o miopía magna, entre otros, tengan mejor calidad de vida.